Jamás en nuestra vida nos podríamos haber imaginado todo lo que hemos llegado a vivir en los últimos dos años. El término “toque de queda” nos sonaba de ciencia ficción y debimos aprender de otros como “confinamiento”. Los jóvenes han sido uno de los grandes afectados por las restricciones aplicadas a lo largo de estos años. Además, han visto como en una etapa dónde deben desarrollarse, se han visto estancados y sin capacidad de progresar.
La pandemia provocada por la COVID-19 ha supuesto un gran número de cambios cómo son la distancia social, el uso de mascarillas o gel hidroalcohólico, evitar aglomeraciones de gente, toser en el codo, no darnos la mano, no abrazarnos a nuestros familiares vulnerables.
Pero sin duda alguna, el cambio más radical ha sido el confinamiento. El confinamiento, que duró varios meses, tuvo varias etapas. Desde el confinamiento total (no se podía salir de casa), a salir solo durante el día, pasando por salir solamente para practicar deporte, etc.
EL confinamiento total duró alrededor de dos meses y, mientras muchas personas lo pudieron pasar acompañada de sus seres queridos, algunos no tuvieron esta suerte y pasaron muchos días y semanas solos, con toda la carga emocional que conlleva. La sociedad en general salió maltrecha, mentalmente hablando, pero este sentimiento se ha agraviado con los confinamientos constantes por padecer el COVID o ser contacto estrecho. El hecho de tener que estar encerrado en casa o habitación y ver que los demás continúan con su vida genera ansiedad que, a veces, es difícil de gestionar y puede afectar a la salud mental.
Desde Unihabit, te proponemos unas dinámicas específicas para combatir el estrés del confinamiento y poder volver a la rutina de la forma más sana posible.
Dinámicas para combatir el estrés del confinamiento
1. Recupera progresivamente las rutinas
Primero de todo, no debemos de tener ningún tipo de prisa, ya que como hemos dicho, es una sensación excepcional con la que debemos de aprender a convivir y necesitaremos tiempo para asimilar. Recuperar nuestra rutina tiene que ser un proceso natural y progresivo. No hacerlo hará que nuestra ansiedad aumente de modo exponencial.
Seguidamente, también debemos de abrazar el cambio porque esta situación, poco o mucho, es normal que nos haya cambiado a todos.
2. Cuida tus hábitos alimentarios
Una de las principales dinámicas para combatir la ansiedad y el estrés consiste en tener una dieta equilibrada. Una vez reducimos las grasas y nos alimentamos correctamente, nuestro estado anímico mejora drásticamente.
Esta alimentación debe consistir, principalmente, en aumentar la ingesta de frutas y verduras y comer alimentos que ricos en vitamina D.
3. Evita la sobreinformación
Con la aparición de las redes sociales y la abundancia de medios de comunicación, los usuarios podemos consumir información a todas horas.
Para recuperar progresivamente tu normalidad y, sobre todo, tu estabilidad personal es importante no “infoxicarse” y estar todo el día pendiente de la información que publican los medios.
Estar al corriente sí, estar solamente preocupado por novedades, no.
4. Escúchate y prémiate
Lo más importante de todo es que seas consciente de qué necesitas en todo momento y no tengas prisa para lograrlo.
Es por esta razón que es necesario un trabajo personal indispensable y, sobre todo, sincero porque de esta forma sabrás qué y cómo lo necesitas.
Una vez lo tengas, prémiate y mímate.
5. Pide ayuda profesional
La salud mental tiene que ser, hoy en día más que nunca, prioritaria y se debe prestarle mucha atención.
Ninguno de nosotros estaba preparado mentalmente para superar una pandemia. Es completamente normal tener la sensación de ansiedad y estrés. Sentir que a veces hay situaciones que te sobrepasan o no sabes gestionar, como puede ser el hecho de tener que hacer combate al estrés del confinamiento.
Si sientes que no puedes superarlo, no dudes en pedir ayuda a un profesional o apoyo a tus seres queridos.
Desde Unihabit, te proponemos un seguido de consejos para estudiantes que quieran cuidar su salud mental y combatir la ansiedad y el estrés.